El 38% de los jóvenes españoles desinstalaría sus redes sociales, según un estudio de SPC

Madrid

El verano es sinónimo de pasar tiempo con amigos y familiares, disfrutar de tiempo de calidad y desconectar. Hay muchas personas que para ello deciden desinstalar temporalmente sus cuentas en redes sociales para disfrutar del verano y la compañía.

Este fenómeno es cada vez más común. Según un estudio de NordVPN, en julio de 2024, las búsquedas para eliminar las redes sociales aumentaron un 19%, evidenciando la creciente tendencia de querer desconectar digitalmente durante los meses de verano.

Otro informe de 2024 de la empresa tecnológica SPC sobre hábitos de desconexión digital en los jóvenes españoles revela que un 38% de las personas desinstalaría sus redes sociales y que casi el 13% las ha abandonado permanentemente en busca de un estilo de vida más saludable.

Muchos jóvenes aseguran que las redes y los móviles, en general, están sobreestimulándolos y que es muy necesario ese respiro digital. Además, apuntan a que en vacaciones prefieren centrarse en disfrutar con sus seres queridos.

José Noblejas, experto en redes sociales, afirma que, como consecuencia, las interacciones en redes sociales caen hasta un 25% en los meses de julio y agosto, reduciéndose el número de likes y comentarios de las publicaciones.

El motivo que David Ezpeleta, vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología, subraya es que las redes sociales dejan de ser útiles durante las vacaciones porque, según él, el resto del año son una herramienta de desconexión de la rutina.

Sin embargo, la verdadera problemática radica, según los expertos, en la sobreexposición digital durante todo el año y en sus efectos en la salud a largo plazo. Ezpeleta asegura que con el tiempo aparecen trastornos afectivos en forma de ansiedad o depresión.

El verano, por lo tanto, se convierte en una invitación a mirar menos la pantalla y más al horizonte, a ser conscientes del momento presente. Es un recordatorio de que el descanso no solo implica desconectar del trabajo, sino también de la sobrecarga digital que nos acompaña durante todo el año.